¿Quiénes son los que tienen los dólares guardados debajo del colchón?¿Son inversores de fuste o tenedores físicos que, para cubrirse de tantas crisis, compran el billete verde para soportar devaluaciones? La macroeconomía le está dando paso a la micro, pero sus efectos no son generales: apuntan esencialmente a una franja tradicional de la sociedad argentina: la clase media. Los ahorristas de siempre no quieren sacar la cabeza en tanto el fisco ceda con su política de perseguir a todo aquel que atesora divisas. El propio presidente Javier Milei ha dado señales de ese jubileo con el “Plan de Reparación Histórica del Ahorro de los Argentinos”, un eslogan más de campaña electoral que de efecto económico-financiero. Tras la eliminación gradual del cepo cambiario, el Gobierno abonó la teoría de que había que avanzar con el dólar para que los argentinos tengan la sensación de que algo está cambiando en la economía nacional. Y allí se fortaleció la búsqueda del tesoro verde.
Con ese programa, se eliminarán y simplificarán los regímenes de información aplicados a diferentes consumos, dentro de los que se encuentra tarjetas de créditos, compra-venta de autos usados, reporte de operaciones inmobiliarias (CITI y COTI), expensas y servicios públicos (gas, luz, agua). Además, se actualizarán los umbrales mediante los cuales se determinaban las exigencias para informar operaciones y, de ese modo, los contribuyentes no queden tan expuestos al radar de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). “La Agencia levanta el radar, para apuntar a controlar solo las operaciones que hacen 11.000 grandes contribuyentes y deja afuera del radar a los pequeños. Además, deja de presumir que todos somos evasores y toma como punto de partida que somos inocentes”, explica el tributarista César Litvin.
Más allá de las motivaciones de índole política-ideológica en un año electoral, las medidas apuntan a incentivar la bancarización de ahorros/transacciones que se encuentran en la informalidad, reduciendo los costos y la burocracia de las operaciones alcanzadas, explica Ecolatina. De esta forma, esa estrategia tiene un objetivo dual:
• Motorizar aún más la actividad económica en ciertos sectores (automotriz, inmobiliario, etc.) vía la utilización de esos stocks.
• Incrementar la oferta de dólares en la economía, buscando así tender un nuevo puente con el ahorro argentino acumulado fuera del sistema.
¿Dónde están los dólares que busca el Gobierno? Antes de contestar este interrogante, la consultora hace un repaso de las estadísticas de las cuales se estima la cantidad de dólares que los argentinos tienen fuera del sistema financiero ov“debajo del colchón”. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) calcula los Activos y Pasivos de Argentina con el resto del mundo en base a los flujos de la Balanza de Pagos, construyendo así la Posición de Inversión Internacional Neta. Dentro de esa construcción, aparecen cuatro actores: el Gobierno general (deudor neto), el Banco Central, los bancos y el Sector Privado no Financiero (acreedor neto). A su vez, cuando el Indec computa un flujo de dinero, puede inferir su destino y/o origen mediante estadísticas cruzadas en algunos casos (por ejemplo, si ese dinero se utiliza para comprar un bono, se registra como inversión de cartera). “Si nos focalizamos en el Sector Privado No financiero, que tiene pasivos por casi U$S 228.000 millones, su activo es altamente superior al rondar los U$S 400.000 millones. De esta manera, ese sector es acreedor neto con el resto del mundo por más de U$S 172.000 millones, contrastando con un Gobierno general que posee un saldo deudor cercano a los U$S 116.000 millones”, dice Ecolatina. Entonces, ¿cómo está compuestos el activo del Sector Privado No Financiero? La consultora enumera que U$S 51.500 millones corresponden a Inversión directa, U$S 102.400 millones se explican por Inversión de Cartera (títulos de deuda o acciones minoritarias) y U$S 246.000 millones se registran como Otra inversión (con el blanqueo se redujeron U$S 11.300 millones el último año). Este último rubro es al cual se hace referencia cuando se habla de los dólares “debajo del colchón”. Para dimensionar esta cifra, la misma duplica por nueve las Reservas Brutas del BCRA, por casi 20 el circulante de billetes en moneda nacional, y representa cerca del 40% del PBI de 2024.
Con el protagonismo del flamante ganador de las elecciones porteñas, Manuel Adorni, el Gobierno oficializó las nuevas medidas que buscan seducir a los ahorristas. No solo se involucra los dólares “debajo del colchón”, sino que incentivaría el uso de fondos fuera del sistema en general, sin distinguir por moneda. “Tus dólares, tu decisión”, resumió el vocero presidencial a la hora de ensalzar la libre disponibilidad de los ahorros sin tener que demostrar el origen.
El “Plan de reparación histórica de los ahorros de los argentinos” consta de dos etapas. En la primera, a través de un DNU, se daría una simplificación de los regímenes informativos vigentes sobre las transacciones y atesoramientos. En la segunda se avanzará sobre un proyecto de ley que blinde a los contribuyentes de volver al esquema previo, indica GMA Capital. En términos concretos, el Gobierno vendió las medidas como una reducción de la burocracia y riesgo para el contribuyente. ¿La clave? Abatir la cantidad e intensidad de los controles vigentes. Así, no se trataría de un nuevo blanqueo como se esperaba (no hubo ni perdón impositivo ni cambiario). La derogación y elevación de umbrales de reportes obligatorios a ARCA por parte de entidades informantes muestra esto.
¿Qué objetivos habría detrás? Más allá de las declaraciones oficiales, entendemos que hay al menos cinco targets: engrosar los depósitos en dólares y las reservas, remonetizar la economía, fomentar el crédito privado, impulsar la actividad económica y mejorar la productividad. El sexto es posicionarse de cara al año electoral que está en marcha, en el que la gestión Milei quiere seducir a la clase media.
Los seis efectos esperados:
1- Estabilidad
Como resultado de años de inseguridad jurídica e inestabilidad macroeconómica, el ahorro de los argentinos migró masivamente hacia el dólar y la informalidad. Recuperar parte de los más de U$S 210.000 millones que están fuera del sistema es un objetivo central para esta gestión. Eso implicaría una suba en los depósitos privados, en el nivel de encajes bancarios y, por ende, sobre el stock de reservas. Un acervo de reservas brutas mayor, aun cuando no implique mejoras en las netas, generaría más confianza en el Gobierno. Esto podría cimentar la estabilidad cambiaria y revitalizar la credibilidad bancaria, una cuenta pendiente para muchos que padecieron violaciones a los derechos de propiedad y ruptura de contratos a lo largo de la historia, advierte GMA Capital.
2- Consumo
Además de la mejora de los salarios, la recuperación del crédito daría un espaldarazo al consumo. Esto reforzaría el efecto positivo de la derogación de los regímenes de información que exigían que las entidades financieras reportaran sobre las compras de tarjetas de crédito y débito, compra y venta de vehículos usados y transferencias de propiedades. Esto traccionaría la actividad económica y podría sacar al país de un ciclo vicioso de estancamiento que lleva años. A su vez, la recuperación sería clave para poder incrementar la recaudación fiscal, con tributos ligados a la evolución de la economía. Es por esto también que parte de las medidas conlleva una simplificación del régimen de Ganancias, al dejar por fuera los consumos personales de la tributación, según GMA.
3- Más circulante
La facilitación del uso del billete verde de manera transaccional implicaría más compras y ventas en moneda extranjera, y entonces mayor circulación. Esto favorecería aquel proceso de remonetización buscado por esta gestión y la transición hacia un esquema bimonetario. La idea de la competencia de monedas que esgrime el Gobierno se funda sobre dejar decidir a la gente ahorrar en la moneda que quiera, así como también transaccionar en la moneda que decida. El pasaje sería ampliar el nivel de transacciones en dicha divisa, incluso ir hacia un esquema en el cual se deje de pagar 100% en efectivo. Los funcionarios argumentan que el nivel real de pesos podría escasear. Esto surge del crecimiento de agregados monetarios frente al avance de la demanda. En un escenario con más dólares circulando formalmente, la recuperación de la demanda de dinero no se vería estrangulada por el límite de la oferta.
4- Competitividad
Todos los efectos económicos parecen formar parte de la búsqueda acelerar la recuperación sin generar cortocircuitos sobre la inflación y el tipo de cambio. Son variables vitales que esta gestión no quiere afectar de cara a octubre. Pero también representa otro paso en la simplificación de la burocracia y del incentivo a incrementar la eficiencia. Basta con recordar que Argentina perdió un 23% de productividad total de los factores entre 2007 y 2024, acota el economista Nery Persichini. Esto fue producto de la retracción de la inversión y de la falta de ahorro. Por eso, no sorprende que las soluciones para mejorar la competitividad se hayan buscado, en el pasado, en correcciones cambiarias. Este Gobierno intenta romper con ese atajo histórico, agrega.
5- Financiamiento
La Argentina se ubica hoy como una de las regiones con menor crédito en porcentaje del PBI, en menos del 20%. Y es que el historial no ayuda, indica el economista Nery Persichini. Desbalances cambiarios, inflación y sucesivos gobiernos con planteamientos completamente diferentes llevaron a que sea muy riesgoso tomar una posición a largo plazo como prestamista. El correlato de un aumento en el nivel de los depósitos debido a la nueva medida podría dar un enorme impulso al crédito en moneda extranjera, señala el consultor. Si bien actualmente los préstamos están limitados únicamente a sectores exportadores, debido a regulaciones macroprudenciales que impiden prestar a personas que no generen esos mismos dólares. La realidad es que no se descartaría un cambio en la normativa vigente, siempre y cuando se avance sobre la remonetización en dólares de la economía.
6- Clase media
La macroeconomía ha encontrado cierta estabilidad, pero no alcanza, reconocen en el Gobierno. Sucede que la sociedad, en su conjunto, aguarda que los efectos del mayor ajuste de la historia, como lo planteó el propio presidente Javier Milei, dejen de afectar al bolsillo de las familias. En otros términos, que hay impacto de mejora en la microeconomía. El Plan de Reparación Histórica del Ahorro de los Argentinos va en ese sentido, en el que los pequeños contribuyentes de clase media y las pequeñas y medianas empresas (PyME) gasten los dólares que atesoran y sus ahorros en pesos, que están fuera del sistema, en un contexto en el que el fisco renuncia a recolectar información y controlar el origen y el gasto de esos fondos. Esa es otra señal que La Libertad Avanza da a la ciudadanía de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre.